El respeto de la propiedad intelectual en las industrias chinas es un tema de mucha historia y polémica actual. Como todos sabemos La República popular China es el taller mundial donde muchas empresas occidentales tienen sus estratégicas industrias. Este asiático país es anfitrión de empresas que van a producir y aprovechar recursos como la mano de obra, materia prima, etc.
Es el país más grande de Asia Oriental así como el más poblado del mundo con más de 1.300 millones de habitantes, aproximadamente la quinta parte de la población mundial. Desde 1999 hasta hoy en día, China ha liderado el crecimiento y se ha convertido en el gigante ya que en este periodo la economía china creció un 9,3% de media anual.
Según un estudio realizado por la Fundación BBVA y el Ivie titulado "Las fuentes del crecimiento económico en Asia", la explosión china ha estado impulsada por la inversión de capital no TIC (Tecnologías de información y computación) y la productividad que explican casi el 90% del crecimiento actual. Sin embargo no todo es felicidad, ya que en este país el respeto a la propiedad intelectual no parece ser bien difundido y practicado.
Antes que nada, definamos que la propiedad intelectual (PI) es el reconocimiento de un derecho particular en favor de un autor u otros titulares de derechos, sobre las obras del intelecto humano, es decir, cualquier propiedad de naturaleza intelectual como invenciones científicas, tecnológicas, literarias, artísticas y marcas merecedoras de protección y aceptación publica como privadas.
Sin embargo, el respeto a las PI en las industrias chinas ha sido a lo largo de los años una guerra sin final en la que actualmente se siguen concerniendo en cómo combatirla con medidas efectivas y más prácticas que teóricas a tomar al respecto. La razón de lo complicado es que millones de personas viven irrespetando la propiedad intelectual sin ser legalmente penados, por esa razón existen organismos que junto con las corporaciones cuestionan la labor lenta e ineficiente de las entidades estatales chinas. Pero qué tan ético son las medidas exigidas por las entidades interesadas, cuántas familias se quedarían en la calle si se les arrebataran los negocios y se les incautara toda su producción falsificada y , por otro lado, qué tan ético es hacerse de vista gorda y permitir que las empresas sufran de violación a su propiedad intelectual.
Esto es un dilema en el cual la respuesta concierne razones legales, éticas y morales y va mas alla de normas teóricas ya que se encuentran en juego diversas personas, grupos, organizaciones y países también.
En este caso el modus operandi “consecuencialismo de un solo nivel” de parte del Estado no funciona ya que como ya se había mencionado ya que existen muchos grupos de interés que se verían afectados. Por ende la ética para los negocios tampoco puede caer en la pasividad e inacción como hoy en día.
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